II

El avance de las nuevas tropas, venidas desde las lejanas tierras de Isadir, es lento pues han entrado por el noreste, allá donde hay un gran barranco y apenas una pequeña pasarela de madera, demasiado inestable para que pasen más de dos hombres a la vez. Pero el general Krugen ya se lo sabe. La última vez perdió la mitad de su tropa en esa pasarela. Aún tardarán días en alcanzar siquiera las proximidades de mi cueva. a443666d-a1d8-491c-978c-04d24aafb2a6_zps09c8af4a

Mientras tanto, os explicaré quien soy, pues después de estas palabras imagino querréis saberlo.

Mi nombre es Mukhne, nací allá en el Reino de Wethorge, cerca de la costa. Cuando apenas contaba con 10 años, mis padres fueron cruelmente asesinados en mi pequeña casa por unos bandidos que entraron a robar y no dudaron en eliminar a mi familia cuando quisieron defender lo que es suyo.

Yo era pequeña y delgada, por lo que pude esconderme para que no me encontrasen. Pero mientras veía como robaban mi casa sin miramientos pasando por encima de los cuerpos de mis padres, algo me habló. Me habló de venganza, de sangre, mutilación y huesos. No dudé en salir de mi escondite como una sombra e ir eliminándolos uno por uno con un cuchillo que cogí de la cocina.

Ahí comenzó mi nueva vida. Tras varios días, un hombre me acogió y me enseño a defenderme con las oscuras artes de la nigromancia. Aprendí rápido bajo la tutela de mi mentor, que murió al poco tiempo en la horca acusado de utilizar magia negra. A pesar de quedarme sola, decidí darle la venganza que se merecía, por lo que hice que su cuerpo caminase sobre la tierra una última vez segando las vidas de aquellos que le habían juzgado.

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