Dejo a mi ejército en la frontera y me adentro en la enorme pradera. Me dirijo a una granja cercana, y paso por cerca de las ruinas de otra granja que parece que se quemó. No sé por qué, algo me dice que está así porque yo lo quise.
Me asomo a la ventana y veo una feliz familia reunida al rededor de la chimenea. El padre habla y todos escuchan atentamente. Hermosa escena. Lástima que se termine.
El fuego se apaga de golpe. La casa queda a oscuras y los niños empiezan a gritar de miedo. El padre se levanta rápidamente y busca algo para encender el fuego de nuevo. Consigue alcanzar un farol y enciende una vela. Se asegura de que su familia está bien y se dirige a la entrada.
El padre se acerca a la entrada y observa a su alrededor. Sé que me está viendo, parada frente a su casa, pero no tiene muy claro que hacer.
-¿Quién sois? -grita.
-La oscuridad.
Me acerco a él a paso veloz y me ataca con una horca que tenía apoyada en la puerta. Logra incrustarla en mi pecho con ira. Yo bajo la mirada y observo la herramienta clavada en mi pecho. Duele.
Me quita la máscara, tratando de averiguar quién demonios soy. Pronto se da cuenta de que estaba escrito que hoy moriría. Él y toda su familia
Me la he imaginado soplando a la vela para apagarla.
Casi me muero de la risa.
Qué ironía todo…
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